¿Cómo puedes ser un buen artista marcial, si como hijo no honras a tus padres? ¿Cómo puedes ser buen artista marcial, si como padre o madre con tu comportamiento das mal ejemplo a tus hijos?
El aprendizaje y la enseñanza del arte marcial es para toda la vida y forma parte de ella, por lo tanto los conceptos de Honor, Lealtad y Equidad es aquello en lo que creemos, enseñamos y nos esforzamos por practicar a diario, sin otro objetivo más que el ser mejores personas.
Todo comienzo es difícil, el camino está lleno de vicisitudes, pero también de alegrías, en nuestro caso comenzamos el aprendizaje en Wing Chun a comienzos del año 2000, posteriormente tras el fallecimiento del aquel entonces nuestro maestro, quienes fuimos sus discípulos quedamos divididos, la hegemonía no fue reestablecida, entonces yo y mi padre decidimos seguir el TAO en el que creemos. Desde entonces emprendimos juntos como familia que somos, nuestro caminar por el sendero del Wing Chun.
El génesis del Wing Chun Toledo , tuvo como protagonistas a dos amigos y también antiguos condiscípulos, nuestras practicas eran en parques y plazas, disciplinadamente nos reuníamos 3 veces por semana para practicar de 3 a 4 horas, particularmente yo y mi padre siendo los grados mas avanzados practicábamos los fines de semana en casa frente al MOOK YAN YONG (muñeco de madera) y en las técnicas más avanzadas de CHI SAO. Recordar el sacrificio de mis padres, la cantidad de puertas a las que acudieron, el sacrificio económico para construir lo que en aquel entonces era solo un sueño me hace sentir agradecido y orgulloso de quien soy y lo que represento para mis discípulos como SIFU.
Una vez establecidos uno de nuestros hermanos tuvo que partir en busca de mejores horizontes, no nos desanimamos, y poco a poco vimos llegar nuestros primeros discípulos, los cuales con orgullo debo decir que ahora son para nosotros parte de nuestra familia.
Un antiguo maestro decía que al practicar el arte, uno debía sentir lo que él llamaba “ sonrisa interior “ , donde todos los problemas cotidianos y cuestionamientos quedan fuera, con el tiempo me di cuenta de cuanta razón tenía porque antes de conocer Wing Chun yo no había experimentado esa “ sonrisa interior “, el arte marcial es como un traje hecho a la medida, cuando vas a un a tienda comercial escoges un traje de acuerdo a tu gusto y a la cantidad de dinero que dispones para gastar, te lo pruebas y ves que te queda bien, en cambio cuando compras uno hecho a la medida este entalla justo en tu cuerpo y moldea tu figura, tu sensación respecto a la libertad de tus movimientos cambia.
Finalmente quiero expresar mi agradecimiento al Creador, a la vida o al TAO si lo prefieren, por la oportunidad de hacer aquello que quiero y así poder transmitir al igual que lo han hecho generaciones de maestros, el Wing Chun que es mi arte verdadero.