Cuando un exponente de Wing Chun ha establecido contacto con alguna de las extremidades del agresor, en especial sus antebrazos, entonces la idea es adherirse a el como si fuera su sombra; no dar espacios para que el agresor pueda armar su ataque, controlar sus puños presionando sus antebrazos contra su propio cuerpo, hacer que pierda su equilibrio con atrapes y agarres, mantener constantes ataques combinados tanto al rostro como a su zona media, también ataques con pierna direccionadas a sus canillas o rodillas, en definitiva las acciones ofensivas en Wing Chun una vez que comienzan no terminan hasta que el oponente queda fuera de combate, recordemos el viejo dicho del Wing Chun "Recibo lo que viene Acompaño lo que va".